La Marina de Guerra del Perú comprará vehículos blindados de reconocimiento y camiones porta tropa

Fuente: http://defensa.com/

La Marina de Guerra del Perú va a convocar de manera inminente dos concursos internacionales de cara a la adquisición de 7 vehículos de reconocimiento (4×4) blindados y 30 camiones porta tropa (6×6) para el Batallón de Vehículos Tácticos de la Infantería de Marina. El monto asignado es de aproximadamente 7,8 millones de dólares.

Según ha podido confirmar defensa.com, la opción más viable en vehículos de reconocimiento sería la del HUMVEE M-1151-A1B1, fabricado por AM General (EEUU), debido, además de a la intención de estandarizar medios en las Fuerzas Armadas, a los buenos resultados obtenidos por el Ejercito del Perú, que opera 70 HUMVEES: 12M-1151 donados por EEUU en 2009, 36 M-1151A1 adquiridos directamente a AM General en 2013, vía un contrato de 5,7 millones de dólares y que están armados con Misiles Antitanque Spike-ER de 8 km. de alcance, y 22 M-1165A1 Special Ops, adquiridos a mediados de 2010, que son operados por las Unidades de Exploración y Reconocimiento de las Brigadas Blindadas y por el Batallón de Comandos Nº 19 Comandante Espinar.

El HUMVEE M-1151-A1B1 tiene una longitud de 5 m, ancho de 2,31 m. y una altura de 1,99 m, siendo su peso de 6.124 kg., de los que unos 2.300 corresponden a la carga útil. La planta motriz corre por cuenta de un motor diesel GEP V8 de 190 hp, que le confiere una velocidad máxima de 113 km/h y un alcance de 400 km. con un tanque principal de combustible de 25 galones y uno de  656 km. y uno auxiliar de 15 galones. Tiene una capacidad de vadeo de 76 cm. sin preparación alguna y de 1,52 m. utilizando un kit especial, puede girar en 7,60 m. y sortear pendientes frontales de 60º, y desplazarse 48 km. con los neumáticos desinflados. El M-1151A1B1 admite una amplia variedad de armamento como una ametralladora Browning M-2HB de 12,7 mm. o un lanzagranadas MK-19 de 40 mm, o bien un montaje para misiles antitanque.

En lo que respecta a los Camiones Portatropa (6×6) las opciones no están claras, aunque se presume que las especificaciones técnicas serian similares al Programa “Purisunchus” que desarrolla el Ejército del Perú de cara a la adquisición de 300 Camiones 4×4 y 6×6. Actualmente, el Batallón de Vehiculos Tácticos opera unos 30 Beiben 2628,  ENASA 3050 Pegaso y KIA KM500. (Alejo Marchessini, Corresponsal de Grupo Edefa en Lima).

Qué es la «inyección anti-México» que toman las migrantes centroamericanas

Fuente: http://www.bbc.com/

El consejo corre de voz en voz entre las migrantes centroamericanas que quieren viajar a Estados Unidos: antes de entrar a México es recomendable tomar un anticonceptivo de largo efecto.

Es un desesperado intento para prevenir embarazos ante las agresiones sexuales que muchas de ellas sufrirán en el camino.

Cada año entran a México unas 45.000 mujeres centroamericanas sin documentos migratorios.

De ellas, el 70% sufre algún tipo de abuso sexual, según denuncian organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional (AI).

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El dato contrasta con las cifras del gobierno mexicano. Según el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, en 2015 el número de agresiones a migrantes se redujo «significativamente».

Algo que no comparten entidades como el Centro de Atención al Migrante Retornado de Honduras.

«La violencia no se ha detenido; aumentaron las agresiones a las mujeres», le dice a BBC Mundo Valdette Willemann, responsable de la organización.

Por eso -afirman- circula aquel consejo entre las mujeres migrantes. El método más usado es la aplicación de Depo-Provera, un producto que las protege durante 3 meses.

En Centroamérica la conocen como «Inyección anti-México».

Cuotas

El uso de anticonceptivos entre las migrantes para mitigar en algo la violencia sexual es una práctica extendida no sólo entre mujeres adultas, sino también entre adolescentes.

A veces son los mismos traficantes de personas, conocidos como «coyotes», quienes aconsejan tomar esos medicamentos. La advertencia se repite a lo largo de la ruta hacia el norte.

Es que desde el principio muchas asumen que entre los costos del viaje por México se encuentran las agresiones sexuales.

Recientemente organizaciones como la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración, así como Formación y Capacitación (Foca), presentaron el informe «El corredor Huehuetenango-Comitán», una cartografía de las mujeres en las migraciones.

El documento destaca, entre otros temas, que algunas migrantes se ven obligadas a sostener relaciones íntimas como requisito para cruzar la frontera sur de México.

Algo que otros han detectado.

«Hemos visto muchos testimonios de mujeres migrantes que deciden ellas mismas pagar esta cuota con tal de no ser sujetas de más violencia sexual dentro del camino», le dice a BBC Mundo Perseo Quiroz, director de AI México.

Con frecuencia entre los perpetradores se encuentran agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), que pertenece al gobierno, aunque también existen denuncias de abusos de policías y militares.

Los «coyotes», pandilleros y vecinos de las rancherías por donde cruzan las centroamericanas también cometen abusos, según las denuncias.

Rutas de violencia

Los ataques ocurren en prácticamente todo el país, aunque organizaciones civiles y autoridades han identificado algunos puntos especialmente peligrosos.

Uno de estos es el corredor entre el departamento de Huehuetenango, en Guatemala, y Comitán, Chiapas, en México.

En esta zona los abusos, robos, extorsiones y secuestros son cotidianos.

El área es una de las rutas que recientemente volvieron a utilizarse después que el gobierno mexicano aumentó la vigilancia en los sitios tradicionales de cruce, como Tapachula y Ciudad Hidalgo, en Chiapas.

Cada mes, dice Diana Damián Palencia, directora de Foca, en la región se cometen entre cuatro y cinco asesinatos de mujeres.

Las víctimas son abandonadas en una brecha que comunica el municipio de Frontera Comalapa, Chiapas, con Huehuetenango.

El camino se llama, paradójicamente, «Gracias a Dios».

Impunidad

Desde hace más de una década existen denuncias sobre abusos sexuales a mujeres migrantes en territorio mexicano.

Las autoridades han aplicado programas que pretenden mitigar los abusos a personas sin documentos migratorios, como el «Plan Frontera Sur».

Pero las agresiones no cesan. No se conoce el número exacto de ataques que ocurren en el país porque la mayoría de las víctimas no los denuncia.

Es parte del problema y también -afirma el director de AI México- que muchos de los casos que llegan a las autoridades quedan impunes.

«Tiene que haber protección efectiva y castigo a los responsables de las violaciones de los derechos humanos, sobre todo la violencia contra las mujeres migrantes en México», insiste Quiroz.

La situación ha empeorado en el último año, subraya la religiosa Willemann, del Centro de Atención al Migrante Retornado de Honduras.

«Ha aumentado muchísimo, estamos muy preocupados por lo que está sucediendo», subraya.

Sin cambios

Pero el secretario Osorio Chong ha dicho lo contrario. En los municipios donde se aplica el Plan Frontera Sur «ha disminuido hasta un 35% los delitos», asegura.

«En menos de un año tenemos resultados muy satisfactorios en favor de los derechos de los migrantes que visitan».

Algo que Valdette Willemann no parece compartir. «El gobierno de México dice que la situación ha mejorado pero no, hay mucha violencia física», afirma.

El Centro de Atención al Migrante de Honduras y Amnistía Internacional han solicitado acciones concretas a las autoridades mexicanas.

Pero «no hay ninguna respuesta», subraya la religiosa.

«Continúa lo mismo, dicen que México sigue mejorando pero lo que vemos es que no es así, hay mucha violencia».