El día que China quiso confirmar su potencia militar

fuente: http://www.elmundo.es

China hizo coincidir ayer un magno desfile en el que exhibió su última tecnología militar con el despliegue de cinco buques de guerra en el Mar de Bering, frente a las costas de Alaska, justo cuanto el presidente Barak Obama visitaba dicho estado de EEUU.

Un portavoz militar norteamericano citado por el diario ‘The Wall Street Journal’ reconoció que se trata de un movimiento inédito en la marina china pero no lo consideró «amenazante».

El ministerio de Defensa chino, por su parte, dijo que se trataba de una operación «rutinaria, que no está dirigida contra ningún país», y que simplemente constituía una extensión de las recientes maniobras que realizaron los barcos de la nación asiática y un contingente ruso a finales de agosto.

Sin embargo, para Dean Cheng, un experto chino del ‘think tank’ Heritage Foundation de Washington (EEUU), el gesto de Pekín guarda una estrecha relación con las últimas protestas de EEUU en torno a la expansión de Pekín en el disputado Mar del Sur de China.

«Tiene un mensaje: dejar de presionarnos porque no nos vais a dar lecciones», declaró a Reuters.

La presencia de los navíos chinos en el Mar de Bering y la visita también inédita de buques de la misma nacionalidad a Sudán recientemente se inscribe también dentro del giro estratégico anunciado en mayo, cuando Pekín dejó claro que pretende reforzar las capacidades de su marina y acentuar sus operaciones en «alta mar» dejando atrás la doctrina de la simple «defensa de aguas territoriales» por la que se rigió durante décadas.

Nueva política

La armada china comenzó a incrementar el rango de sus operaciones en 2008, cuando dos destructores y un buque de apoyo se unieron a la flotilla internacional que luchaba con la piratería en Somalia.

El pasado mes de marzo y abril, Pekín insistió en esta nueva política al desplegar otros tres buques de guerra en Yemen, donde evacuaron a la colonia china y a numerosos foráneos en una arriesgada operación en medio de los combates que se libraban en ese país.

Hasta ahora los efectivos de la armada china tan sólo representaba un 10% de los 2,3 millones de soldados de las fuerzas armadas locales y el ejército del aire un 17%. Casi todo el resto de las tropas sirven en las fuerzas terrestres. Sin embargo, el propio presidente chino, Xi Jinping, aprovechó la exhibición militar que se desarrolló en Pekín para anunciar un recorte de 300.000 hombres en las tropas de tierra orientado a modernizar el ejército y equiparar el potencial de las tres ramas de las fuerzas armadas.

Según el Servicio de Noticias de China, esta será la novena reducción que afronta el ejército chino desde 1949, una institución que llegó a tener más de 4 millones de efectivos y que ahora quedará reducido a poco menos de la mitad.

Instalado en la «Puerta de la Paz Celestial», el mismo lugar desde el que Mao Zedong proclamó la victoria comunista el 1 de octubre de 1949, Xi Jinping aseguró en un discurso que su país apuesta por el «desarrollo pacífico», que «ama la paz» y que «nunca perseguirá la hegemonía o la expansión».

Pasando revista

Tras su discurso, el dirigente pasó revista a las tropas en una flamante limusina Bandera Roja, la marca más emblemática de la China Comunista y que ha servido como vehículo a todos los líderes del PCC desde Mao Zedong.

A las proclamas de Xi, que gritaba mensajes como «¡Os saludo, camaradas!», las tropas le respondían a voz en grito: «¡Te saludamos, Jefe!», «¡Obedece al Partido!», «¡Lucha hasta ganar!»»¡Sirve al pueblo!». La exhibición posterior -donde participaron 12.000 militares- constituyó todo un alegato al nuevo poderío bélico de China e incluyó la presentación en público de armas tan sofisticadas como el misil DF-21D, apodado el «asesino de barcos» o una decena de nuevos aviones sin piloto.

Por el contrario, no aparecieron otros artilugios de última tecnología como los aviones invisibles J-20 y J-31, o el misil de largo alcance y capacidad nuclear DF-41, considerado por el Pentágono como el arma más potente de China.

A nivel político, los expertos coincidieron en que la demostración de poderío bélico constituye un refrendo de la autoridad de Xi Jinping sobre el las fuerzas armadas, algo de lo que carecía por ejemplo su antecesor, Hu Jintao. «Este desfile es una declaración de lealtad y apoyo al Partido y al presidente Xi», precisó Wang Jian, un alto cargo militar citado por el Diario del Pueblo.

Al mismo tiempo la presencia en la tribuna de toda una plétora de ex dirigentes del PCC como los ex primeros ministros Wen Jiabao, Zhu Rongji y Li Peng, y especialmente la del ex presidente Jian Zeming -al que algunos analistas consideran un rival político de Xi Jinping- ofrece una imagen de unidad en la formación en momentos en los que algunos medios de comunicación habían insinuado la existencia de fricciones internas.

Japón da un paso clave para ampliar el papel de su Ejército

Fuente: http://www.elpais.com

La Cámara baja del Parlamento japonés ha aprobado este jueves el proyecto de ley de seguridad nacional que permitirá que las Fuerzas Armadas del país participen en operaciones en el exterior por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial. Los cambios legislativos, que han suscitado una fuerte oposición entre la opinión pública, posibilitan que el Ejército pueda actuar en conflictos para proteger a sus aliados o relajan los límites a la participación en operaciones de mantenimiento de paz.

La reforma del papel del Ejército es una de las grandes apuestas personales del primer ministro, Shinzo Abe. Hasta ahora la Constitución pacifista japonesa prohibía que las Fuerzas de Autodefensa entraran en combate fuera de sus fronteras, pero la reinterpretación del texto por parte del Gobierno el año pasado —con la inclusión del concepto «autodefensa colectiva»— abrió la puerta a estos cambios legislativos.

La propuesta de ley fue apoyada por mayoría absoluta gracias a los votos del Partido Liberal Demócrata (PLD) de Abe y los de sus socios de Gobierno, Nuevo Komeito. Cinco formaciones de la oposición abandonaron el hemiciclo durante la votación para protestar contra unos cambios que consideran que no se han debatido suficientemente y que dividen el país. El jefe de la oposición, Katsuya Okada, calificó la ley como «una mancha en la democracia» y recordó que «el 80% de los ciudadanos estima que las explicaciones que se les han dado son insuficientes», informa Efe.

Si bien la propuesta se aprobó sin trabas en la Cámara baja del Parlamento, en la calle Abe se está encontrando más problemas de los previstos. La opinión pública, según los sondeos, se encuentra cada vez más en contra y destacados expertos constitucionales han puesto en duda públicamente la legalidad de las medidas. Una encuesta reciente de la cadena Nippon TV calcula que prácticamente el 60% de los encuestados rechaza la propuesta, mientras que solo un 25% la apoya.

La voluntad de reforzar el papel del Ejército también está pasando factura a la popularidad de Abe: un 41% desaprueba su gestión frente al 39% que lo apoya, unos niveles nunca vistos desde que llegó al poder a finales de 2012. Un grupo de más de 200 expertos en Derecho envió una carta abierta al Gobierno nipón para reclamar que abandonara la reforma. El profesor Setsu Kobayashi, de la Universidad Keio, alegó que el uso del rodillo parlamentario para forzar su aprobación sería “el comienzo de la tiranía”. Miles de personas se manifestaron este jueves ante la sede del Parlamento nipón en contra de la medida y pidiendo la dimisión de Abe.

«La situación de seguridad en torno a Japón es cada vez más difícil. Esta ley es vital para defender a los ciudadanos japoneses y prevenir la guerra», aseguró Abe tras la votación. Durante su visita a Estados Unidos en abril, en la que se cerró la actualización de la alianza militar entre los dos países, Abe prometió hacer aprobar la reforma ante el cada vez mayor desarrollo de las Fuerzas Armadas chinas y los crecientes conflictos en aguas de los mares del Sur y el Este de China.

Es una reforma que, como recuerda Luis Simón, miembro asociado del centro de estudios FRIDE y profesor en la Universidad Libre de Bruselas, se enmarca “dentro de un proceso más amplio en la política expansiva del papel de Japón en los últimos dos años”, y que además de la actualización de la alianza con EE.UU. también incluye una profundización de los lazos diplomáticos y de seguridad con otros países de la zona —como Australia o Filipinas— o incluso la OTAN y la UE.

Otros expertos, como el profesor visitante Kunihiko Miyake, de la Universidad Ritsumeikan, en cambio defienden las medidas: “ha llegado el momento, dadas las circunstancias internacionales, de cambiar a un pacifismo más realista. Estamos en una época de transición de la seguridad nacional”.