Atentado suicida en una procesión musulmana en Nigeria: al menos 20 muertos

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Al menos 20 personas murieron este viernes en Nigeria al inmolarse un terrorista en una procesión de fieles musulmanes de la rama chiita en el estado norteño de Kano, informaron a la agencia de noticias EFE testigos de los hechos.

«Yo estaba en la procesión y el suicida se hizo estallar a unos 50 metros de mí. Pude contar al menos 20 cuerpos, entre ellos los de mujeres y niños», dijo Sani Danlami, uno de los supervivientes. «Creo que podría haber más muertos, debido a la intensidad de la explosión», agregó.

Las autoridades no han ofrecido, por el momento, un balance oficial de muertos y nadie ha reivindicado hasta ahora este nuevo ataque mortífero en el noreste de Nigeria.

Sin embargo, todos los indicios apuntan a la autoría del grupo fundamentalista islámico sunita Boko Haram, que, según cifras de Amnistía Internacional (AI) ha asesinado, desde junio, al menos a 1.600 civiles en Nigeria y los países vecinos Camerún, Chad y Níger.

El grupo –que utiliza a menudo terroristas suicidas en lugares concurridos para perpetrar sus ataques– tiene su base de operaciones y su principal área de actuación en el noreste de Nigeria, de mayoría musulmana en un país dividido entre mahometanos y católicos.

Boko Haram lucha contra el gobierno nigeriano para instaurar un califato islámico en el noreste del país, en una campaña sangrienta que se ha cobrado la vida de más de 3.500 personas sólo en 2015.

Las comunidades chiitas del norte de Nigeria ya han sido objetivo de Boko Haram en otras ocasiones. En noviembre del año pasado, decenas de personas murieron al inmolarse un hombre durante una ceremonia chiita que se celebraba en la localidad de Potiskum.

La petrolera Shell no cumple: el delta del Níger que aseguró haber limpiado está contaminado

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Con tan solo un vistazo o una aspiración resulta «evidente»: varias zonas del delta del río Niger están impregnadas de petróleo. El subsuelo, el agua y la superficie de la tierra en la zona de Ogoniland, en la desembocadura del Niger, presentan residuos de crudo de manera «claramente visible», indica  un estudio de Amnistía Internacional y la organización nigeriana CEHRD, acompañada de fotografías de este septiembre de las zonas investigadas. Algunos de los territorios son los que la petrolera holandesa Shell aseguró haber limpiado, tras la probada contaminación de la zona en un informe de las Naciones Unidas de 2011.

El delta del río Níger es una de las mayores fuentes de ‘oro negro’ en África. Esta riqueza le ha salido muy cara a la población nigeriana, que ha sufrido los vertidos y la contaminación durante decenas de años. La fundación Green Cross Switerland, por ejemplo, eligió la zona como uno de los diez lugares más contaminados del mundo en su lista de 2013.

Emadee Roberts Kpai, de 83 años, es agricultor de Kegbara Dere (Ogoniland), y su vida se divide en el «antes de que llegara Shell» y el después. «Nuestros cultivos ya no son productivos. Ya no hay peces en el agua. Plantamos los cultivos; crecen pero la cosecha es pobre»,  cuenta el anciano a AI.

Un estudio de 2011 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente(PNUMA) mostró de manera detallada la polución de la zona. La investigación detectó, entre otras deficiencias, un subsuelo «severamente contaminado» y niveles de hidrocarburo en el agua utilizada para beber que suponían una «seria amenaza» para al menos diez comunidades ogoni (como se conoce al pueblo autóctono).

La PNUMA señaló a varios responsables de las agresiones medioambientales, entre ellos, el gobierno nigeriano y las compañías explotadoras de las refinerías de petróleo, entre las que destaca Shell a través de su entidad britanico-holandesa SPDC (Shell Petroleum Development Company of Nigeria).

La SPDC se presenta como la industria petrolera «pionera y líder» en Nigeria, con la mayor extensión de terreno explotado y la producción del «39% del crudo del país». La entidad inició sus actividades en Onogiland en 1958 hasta 1993, cuando cesó su producción «tras la violencia contra nuestro personal y nuestras instalaciones», defiende la compañía. Desde entonces, las tuberías de la petrolera siguen trasladando el crudo por la zona.

«El control y el mantenimiento de la infraestructura de los campos petroleros en Ogoniland ha sido y sigue siendo inadecuado: los propios procedimientos de Shell Petroleum Development Company of Nigeria no se han aplicado, creando problemas de salud pública y de seguridad», censuró el informe de la ONU, que recomendó la limpieza «urgente» de la zona y un cambio de las instalaciones de la compañía y su mantenimiento.

Emadee Roberts Kpai recuerda la vida en su comunidad antes de la fiebre del petróleo: «Solíamos hacer todo tipo de actividades en el río porque el agua estaba limpia. Antes de que llegara la contaminación, los niños iban al río a bañarse y a jugar, pero ya no van”.

Una limpieza insuficiente

El informe de Amnistía Internacional y el Centro para el Medio Ambiente, los Derechos Humanos y el Desarrollo (CEHRD) estudia el impacto medioambiental de la explotación de Shell cuatro años después del toque de atención de Naciones Unidas. Estudia cuatro zonas del delta del río: Boobanabe, Bomu Manifold, Barabeedom y Okuluebu. Las imágenes de la investigación muestran restos de crudo en la tierra, señas del aceite en el agua y su impacto en los debilitados cultivos de la comunidad, dedicada tradicionalmente a la agricultura.

«Los vertidos de petróleo causan un impacto devastador en los campos, los bosques y los caladeros de los que dependen los alimentos y los medios de vida de la población del delta del Níger. Si alguien visita estos lugares de vertidos podrá ver y oler por sí mismo cómo la contaminación se ha extendido por la tierra», afirmó Mark Dummett, investigador sobre empresas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.

La petrolera Shell no ha respondido a las preguntas de eldiario.es sobre las acusaciones del informe. En una carta del 24 de octubre que adjunta la investigación, la compañía niega los hechos denunciados por las organizaciones y remite a los comunicados que publica en su página web. Shell culpa a los «sabotajes» y al robo de crudo –reconocidos también como problemas por la PNUMA– como las «principales causas del daño mediambiental en Ogoniland y el delta del río Niger hoy en día».

En Bomu Manifold, la ONU denunció que no se había «hecho nada» para solventar la contaminación de años anteriores, lo que permitió «que se extendiera más». Shell contrató a dos empresas para la limpieza de la zona y en 2012 anunció que los trabajos de recuperación habían terminado. Tras su visita, AI y CEHRD documentan que el rastro del petróleo sigue presente.

También queda registrada el agua aceitosa del pantano Barabeedom, en K-dere. «Los tres estanques de peces, propiedad de una familia de la zona, están cubiertos en un brillo aceitoso espeso y no muestran signos de vida», recoge el estudio.

La contaminación que halló la ONU en Barabeedom presentaba niveles ocho veces superiores a los que deberían haber hecho saltar las alarmas de las autoridades nigerianas. Aunque Shell no incluyó el pantano como parte de las áreas que limpió tras el estudio, sí ha dado cuenta de su descontaminación debido a los vertidos posteriores a 2011.

Irregularidades en el control estatal

El informe recoge que las afirmaciones de Shell sobre la limpieza de estos territorios son «falsas», pero además AI y CEHRD denuncian una segunda irregularidad: las autoridades nigerianas certificaron la descontaminación de esas zonas. La agencia nigeriana Nosdra se encarga de la comprobación de la limpieza de los territorios afectados por vertidos de petróleo y, tanto en Bomu Manifold como en el pantano Barabeedom, sus técnicos dieron el visto bueno a la rehabilitación que ejecutó Shell.

Los investigadores de AI denuncian la falta de medios de la agencia Nosdra y piden al gobierno nigeriano una auditoría independiente sobre los defectos en la desinfección que señala su estudio. Exigen además a la compañía Shell que cumpla: la efectiva descontaminación de la zona y «compensar de manera adecuada a las comunidades por sus pérdidas».

Terrorismo islámico: más de 150 muertos en un triple atentado de Boko Haram

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Decenas de yihadistas de Boko Haram atacaron tres ciudades en simultáneo, asesinando pobladores y quemando todas sus casas.

Sólo en la aldea de Kukawa, cerca del lago Chad, en el noreste de Nigeria, asesinaron al menos a 97 personas. El ataque se produjo el miércoles alrededor de las 18:30 locales (17:30 GMT), cuando unos cincuenta hombres armados sospechosos de pertenecer al grupo islamista Boko Haram abrieron fuego contra los fieles que oraban en las mezquitas del pueblo, poco después de que terminara el ayuno, en pleno mes de Ramadán, según los testigos.

«Los terroristas atacaron primero a los fieles musulmanes que rezaban en varias mezquitas», explicó Babami Alhaji Kolo. «Luego se encaminaron a las casas, donde dispararon contra las mujeres», añadió.

«Algunos de los terroristas se quedaron para incendiar los cadáveres y otros se dirigieron hacia las casas y dispararon a diestra y siniestra contra las mujeres que preparaban la comida», continuó Kolo.

«Puedo asegurarles que los asaltantes mataron al menos a 97 personas», declaró otro testigo, que también respondía al nombre de Kolo, y dijo haber perdido a su tío, Modu Mustapha Baga, uno de los responsables del distrito, en este ataque.

«Mataron a sus hijos, al menos a cinco de ellos, y prendieron fuego su casa», relató desde Maiduguri, la capital del estado de Borno, donde se refugió junto a otros testigos.

En los otros ataques, los terroristas llegaron en moto y camionetas a dos aldeas cerca de Monguno, a 90 km al norte de Maiduguri, también en pleno Ramadán. «Seleccionaron a ciertos hombres entre la multitud, los reunieron y los fusilaron, antes de prender fuego las dos aldeas, que quedaron totalmente destruidas», precisó el diputado local Mohamed Tahir.

«Los hombres de Boko Haram mataron a 48 hombres e hirieron a 11», explicó el legislador, al describir el ataque del miércoles en el estado de Borno.

Boko Haram es un grupo terroristas que opera en Nigeria pero que juró fidelidad al Estado Islámico (ISIS). Fundado en 2002, ha sido acusado de cientos de secuestros, especialmente de mujeres y niñas, en el noreste del país.

Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales. En ese contexto, Boko Haram se ha convertido en uno de los grupos terroristas emergentes más sanguinarios del planeta, señalados en la «lista negra» del Departamento de Estado norteamericano desde el 14 de noviembre de 2013.

En total, la insurrección islamista y su represión por el ejército nigeriano han dejado más de 15.000 muertos desde 2009, según la ONU, y más de 1,5 millones de personas se han visto obligadas a huir.