Argentina, ante las elecciones más ajustadas en la última década

fuente: http://www.elmundo.com

Cambio o continuidad. Ésa es la cuestión. Treinta y dos millones de argentinos están llamados este domingo a las urnas para votar en las elecciones presidenciales más ajustadas, supervisadas y decisivas desde 2003. A un lado de la contienda, el kirchnerismo se resiste a abandonar del todo el poder con un candidato, Daniel Scioli (58 años), que parte como favorito y aporta un perfil más centrista al proyecto «nacional y popular» de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Del otro lado, el cambio de modelo que propone el líder conservadorMauricio Macri (56 años), alcalde de la capital, quien ha moderado también su discurso para huir de la etiqueta de derechista.

«Haremos cambios porque son necesarios para estimular la economía, pero esos cambios no serán bruscos sino progresivos», explica un asesor del candidato conservador en el nuevo y moderno edificio del Gobierno porteño.

Las encuestas más recientes no han alterado demasiado los resultados que ofrecieron las elecciones primarias de agosto (obligatorias y abiertas), en las queScioli se impuso con el 38,5% de los votos y superó a la coalición Cambiemos, que encabeza Macri, por más de ocho puntos. Pero ese resultado holgado no le aseguraría al candidato oficialista la presidencia en primera vuelta. Necesita alcanzar el umbral del 40% y aventajar por 10 puntos a Macri, si el líder conservador mantiene su tendencia y no se ve sobrepasado por Sergio Massa, el peronista disidente que obtuvo un 20% de los votos en agosto al frente de la coalición UNA.

Si Scioli no alcanza el 40% de los votos, sería la primera vez que se celebrara enArgentina una segunda vuelta (el próximo 22 de noviembre). El candidato kirchnerista apenas ha crecido en las encuestas desde agosto pero está muy cerca de alcanzar su meta. Macri, por su parte, no ha logrado su objetivo: polarizar la elección entre su propuesta de cambio y la continuidad que se le supone al gobernador de Buenos Aires. El escándalo de corrupción que salpicó en plena campaña a uno de sus puntales electorales, Fernando Niembro, supuso un misil a la línea de flotación de Cambiemos (la coalición que Macri armó con la Unión Cívica Radical), que había hecho de la regeneración democrática su principal reivindicación.

Massa (43 años) ha resistido contra todo pronóstico y según los sondeos se ha acercado a Macri en vez de desplomarse por esa pretendida polarización. Este ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner llega a las elecciones en pleno ascenso pero todavía por detrás de un Macri que necesitará sus votos si hay segunda vuelta. «La cuestión es que en la hipotética segunda vuelta, si la opción fuera Scioli-Macri, los votantes de Massa, dado el origen peronista de muchos de ellos, se dividen entre ambos», asegura el analista político Rosendo Fraga.